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Todos los llamados “Pedro” tienen un problema

Amatiño 2017/01/30 00:05
Sin mayor estudio sociológico, uno tiene la impresión de que cada vez se hace más frecuente entre los chicos el nombre de Peio, en lugar de Pello. Hace medio siglo todos los Pellos eran con ll; ahora, fruto del yeísmo en boga, parece como que Peio es más juvenil, como más “modelno”.

Cuando en 1910 Sabino Arana presentó la traducción al euskara del santoral cristiano, es decir, de la inmensa mayoría de los nombres de pila entonces al uso, propuso para Pedro la forma de Kepa. Y, además de otros argumentos más sólidos que luego veremos, planteaba la conveniencia de superar una excesiva diversidad que, a su juicio, no hacían ningún favor al euskera. Arana recordaba que Pello era la forma más usual en Gipuzkoa, en tanto que en Bizkaia era más frecuente Peru; en Navarra, Piero y, en Laburdi, Piarres. En su opinión, frente a la plural oferta en euskera, al castellano le bastaba con una sola forma, Pedro, en beneficio de una mayor sencillez.

Traigo a colación esta relación de Pello, Peru, Piero y Piarres de hace más de cien años, porque cabe suponer que, de haber tenido entonces la forma Peio alguna relevancia social, seguramente Sabino Arana la hubiera incluido, aunque no fuera más que para subrayar su tesis de excesiva diversidad, desfavorable para el euskera.

Que yo recuerde, el primer Peio que nuestra generación alcanzó a conocer fue el cantante laburdino Peio Ospital, que, junto con Pantxoa Carrere, constituyeron el archifamoso dúo de principios de los 70, Pantxoa eta Peio. No creo que haya nadie que recuerde los estertores de la muerte del dictador Franco y no le suenen al mismo tiempo canciones míticas como “Urtxintxa”, “Itziarren semea”, o “Lepoan hartu eta segi aurrera”.

La verdad es que no entendíamos las razones por las que aquel exitoso y admirado cantautor se llamaba así mismo Peio, en lugar de nuestro habitual Pello, pero suponíamos que, como era francés, quizá tuviera problemas para pronunciar correctamente la doble ele; si bien ignorábamos entonces la existencia en el euskera de Iparralde del diminutivo Pellot (Pellotxo), o de apellidos de la Navarra de Ultrapuertos, como Pellen y Pellorena.

Si nos atenemos a la autoridad competente de Euskaltzaindia, en su Onomástica oficial recoge las modalidades de Kepa, Peru, Pello, Petri, Petiri y Betiri (si Sabino Arana levantara la cabeza…), pero también recuerda que, cito textualmente, “la forma más conocida y utilizada en Iparralde es Peio, y que en estos últimos años se está extendiendo también en Hegoalde, a consecuencia del yeísmo”.

Ni qué decir que, al menos en las generaciones precedentes de este lado de los Pirineos, Pello era prácticamente la única forma utilizada, hasta fechas muy recientes. Basta citar algunos personajes conocidos en muy diversos contextos como Pello Mari Otaño (bertsolari), Pello Salaburu (profesor universitario y académico), Pello Zabala (franciscano y meteorólogo), Pello Sarasola (exdirector de ETB), Pello Esnal (maestro y escritor), Pello Gibelalde (presidente de Adegi) o Pello Urizar (secretario general de EA). También con ‘elle’ han sido de siempre el cómico costumbrista Pello Kirten o la popular canción tradicional navarra ‘Pello Joxepe’, versionada tanto por Paco Ibañez como por Mikel Laboa (curiosamente, en la opción inglesa de Wikipedia entra a rondón Peio).

Cierto que también por estos lares hay quien se presenta como Peio, aunque sean la excepción, y, sin ánimo de ofender a nadie, no representen en términos sociológicos al segmento de la población que más se relaciona en euskera.

Eso sí, los Peios son proporcionalmente bastante más numerosos entre los jóvenes. No ya sólo al norte del Bidasoa, sino también en la Comunidad Autónoma Vasca y en la Foral de Navarra. No es fácil saber exactamente las razones de ello. Euskaltzaindia lo apunta como consecuencia del yeísmo que cada vez se extiende más entre las jóvenes generaciones. Hay quien lo achaca a la ignorancia general y no falta quien intuye una cierta pretensión snob.

Yo me atrevo a poner el dedo en la cada vez mayor influencia de la redes sociales. Hay dos hechos que resultan incuestionables. Uno, que los jóvenes padres consultan cada vez más en la red las mil y una listas de posibles nombres a poner a sus hijos. Y dos, que, por razones ajenas al conocimiento de la nomenclatura vasca, en muchas de las listas colgadas en Internet, aparece la variante Peio con bastante más frecuencia que la de Pello.

Tú eres Kepa

Llegados a este punto, más de un lector se estará preguntando: “Bien, todo ese rollo está muy bien. Pero… ¿por qué Sabino Arana planteó de nuevo cuño la opción de Kepa, si hasta entonces era prácticamente inexistente?” Aunque sorprenda, la respuesta está en los Evangelios, lo cual no resulta nada extraño, tratándose de nombres de santos.

Se da por hecho que Jesucristo se dirigió al apóstol Simón y le dijo: “Tú eres Pello (Pedro, Petrus, piedra), y sobre esta piedra edificaré mi iglesia”. Pero lo cierto es que no fue así exactamente, sino de esta otra manera: “Tú eres Kepa (Cephas, Cefas, roca), y sobre esta roca edificaré mi iglesia”.

Jesucristo no hablaba en latín, sino en arameo. Hizo referencia a la roca, no a la piedra. Y rebautizó a su fiel escudero Simón con el nombre de Cephas (Kepa), no con el de Petrus (Pedro, Pello).

A partir de este momento, todos los llamados Pedro tienen un problema. Se han quedado sin día de su santo en el calendario. A no ser, claro, que alguien sepa qué día del año es San Cefas.

EIBAR. Herriaren arima. Núm. 135 - 2016

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