El mapa de Gipuzkoa de 1957
Gregorio Hombrados Oñativia responde a la generación de pintores, dibujantes, caricaturistas, ilustradores y publicistas que se prodigaron a finales del siglo XIX y primer tercio del XX, dentro del Renacimiento Vasco (Euskal Pizkundea) que llegó con la propagación del nacionalismo vasco de Sabino Arana. Hombrados Oñativia apenas tenía 16 ó 17 años cuando se crearon la Sociedad de Estudios Vascos – Eusko Ikaskuntza y la Academia de la Lengua Vasca - Euskaltzaindia; vio como surgían todo tipo de concursos, certámenes y manifestaciones artísticas y culturales; conoció sin duda las primeras propuestas para unificar el euskera, y asistió a los cambios políticos que parecían avecinarse. Toda una generación entusiasta que vería truncadas sus expectativas con el estallido de la guerra en 1936 y la larga dictadura que le sucedió durante cuarenta largos años.
Cursó estudios de pintura tanto en Bayona como en Paris y muy pronto se dedicó a los temas de corte historicista con títulos tan significativos como Zumalacárregui en la batalla de Descarga, Francisco de Ibarra funda Nuevo Durango, Las Juntas de Guernica de 1631, Aparición de la Virgen de Aránzazu a Rodrigo de Balzategui, Iparraguirre canta el Gernikako Arbola y otros tantos del mismo sesgo. Sus lienzos de temática religiosa siguen ocupando hoy grandes murales de muchas iglesias guipuzcoanas y entre sus obras más reconocidas destaca el Descubrimiento de América, en la Biblioteca Municipal del antiguo ayuntamiento de San Sebastián.
No sólo se dedicó a la pintura, sino que cultivó la historia del arte, la crítica artística y la reseña periodística en numerosos medios, principalmente en “El Diario Vasco”. Quienes ya teníamos de edad de seguir la prensa en la década de los sesenta y setenta sin duda nos acordamos de sus colaboraciones. Fue un infatigable investigador de la producción artística vasca y murió antes de poder editar su magna obra, Diccionario monumental del arte-artistas de Euzkadi.
Más aún, los paradójicos avatares de la vida y de la guerra hicieron que la llamada Fábrica de Timbre e Imprenta Nacional se ubicara en Tolosa hasta que, en marzo de 1939, los “nacionales” (es decir, los alzados o sublevados contra la República) tomaron Madrid. Esta circunstancia de inesperada vecindad hizo que Hombrados realizara diseños o bocetos para sellos postales y timbres oficiales, entre los que cabe citar a imágenes de militares como los generales Franco y Mola, pintores como Velázquez, Goya y Murillo, expedicionarios como Elcano, Colón, Irala, Legazpi, Pizarro y Hernán Cortés, y escritores de la talla de Cervantes.
El mapa de 1957
Por último, la variopinta y prolífica creatividad de Hombrados Oñativia le llevó a diseñar el famoso mapa que lleva su nombre y marcó toda una época por su originalidad e identificación personal. Una carta que se presentaba a sí misma como “curiosa y gráfica descripción de cuanto de interesante y pintoresco encierra la provincia”.
No es fácil que un mapa pueda ahora levantar pasiones, pero hace sesenta o setenta años, en tiempos en los que la más sencilla ilustración en color era poco menos que un lujo y el comic un género incipiente sin apenas presencia en el mercado, el mapa de Gipuzkoa diseñado por Hombrados Oñativia destilaba frescura, modernidad, cercanía, sentido de pertenencia y compromiso con el entorno, valores que hoy se consideran elementales pero que entonces sugerían emociones varias e, incluso, supuestas implicaciones políticas.
Dibujado de puño y letra por el propio Hombrados, eran fundamentalmente dos los valores añadidos de aquel mapa de Gipuzkoa. Por un lado, la incorporación de detalles característicos del lugar, tal es el caso, por ejemplo, de pistola, escopeta y bicicleta en Eibar, el pórtico gótico de Olaso en Elgoibar, la fábrica de cañones de Placencia de las Armas o el balneario de Alzola. Y, por otro, la multiplicidad de referencias lugareñas, como son, sin salir de Eibar, cumbres, caseríos y topónimos como Eguarbitza, Akondia, Abanzabalegi o Gorosta-erreka.
Desconozco si queda algún ejemplar original de 1944 (hay una referencia al respecto en la biblioteca de KM Kulturunea). El de la fotografía corresponde a la edición de 1957.
El motivo de dar con su interesante página es precisamente el hecho de la búsqueda de alguna referencia a dicho mapa, que obra en mi poder.
Si fuera de su interés, puede ponerse en contacto conmigo en el mail que adjunto.
Saludos
Ignacio A.