Saharauien kontra: Torturak
Entrevista al activista y defensor de DDHH, Brahim Noumria (II)
"Los amigos del pueblo saharaui en el mundo no pueden dejarse someter al silencio pretendido por Marruecos"
M.L. González. Rebelión. 04-04-2008
En esta segunda entrega de la
entrevista, Brahim Noumria relata las torturas de las que fue víctima en las
cárceles marroquíes y afirma que la lucha de su pueblo, junto la que se libra
desde el exterior en solidaridad con ella, tienen que seguir adelante, con pie
firme. Que lo peor sería quedarse callado, no denunciar y no mostrarle al mundo
el genocidio del Gobierno marroquí contra los saharauis a lo largo de 33 años de
ocupación militar. “Todos –dice- debemos tener claro ese objetivo y trabajar
para alcanzarlo”.
Como consecuencia directa de ese
activismo, usted fue detenido y hecho desaparecer entre 1987 y 1991. Háblenos de
esos años, de su experiencia en las cárceles marroquíes.
Estudiaba COU en el Instituto español
Nuestra Señora del Pilar de Tetuán en el norte de Marruecos. A las diez de la
mañana del día 5 de marzo de 1987 me llamaron a la jefatura de estudios y cuando
llegué había dos agentes de la policía marroquí, que me llevaron del instituto a
la comisaría principal de Tetuán.
A partir de ese instante ya no volví a
ver el mundo exterior. De allí, me trasladaron hacia Tánger, luego a Marrakech y
acabé en una prisión secreta del Aaiún. En esta cárcel me sometieron a torturas
e interrogatorios constantes a lo largo de ocho meses en los que todo el tiempo
estuve con los ojos vendados y esposas en las
manos.
Para que puedan hacerse una idea del
sitio, se trataba de una mazmorra del antiguo cuartel de la artillería española,
compuesta por cuatro habitaciones que, creo, se utilizaban para guardar las
municiones. La sala de tortura era el comedor para los militares y cada
modalidad tenía su propia nomenclatura.
El” pollo asado”, por ejemplo, consiste
en que te atan las manos y los pies y te cuelgan de un palo que colocan en medio
de dos mesas. La cabeza del preso cae hacia atrás, exactamente igual que un
pollo cuando lo están cocinando para comer.
Recuerdo que lo primero que se siente un
dolor tremendo en los pies y las manos, luego empiezas a tener dificultades para
respirar y ese es el momento que eligen los torturadores para empezar a darte
latigazos en los pies y en los muslos hasta que te sientes totalmente roto.
Cuando ven que pierdes el conocimiento, te hacen volver en ti echándote cubos de
agua fría. Lo siguiente es obligarte a estar en continuo movimiento, sin que te
puedas parar un segundo durante dos o tres horas
En otra de las fórmulas de terror
utilizadas, llamada “waterboarding”, te colocan sobre una mesa o un banco para,
después de atarte bien las manos delante del pecho y envolverte en una manta,
amarrarte todo el cuerpo, desde los tobillos hasta los hombros, con una cuerda y
dejándote libre sólo la cabeza y los pies. A continuación te tapan la boza con
un trozo de tela, te rocían con litros de agua mezclada con productos químicos o
orina y, mientras, un verdugo se ocupa de cortarte la respiración y otro se
ocupa golpearte los pies con un látigo o de aplicarte en ellos descargas
eléctricas. Lógicamente, si te dan electricidad el torturador que te está
dejando sin respiración no te toca porque, de hacerlo, la electricidad le
llegaría también a él.
Cuando estás ahí sientes que el agua te
inunda los pulmones. Recuerdo que hubo un momento en el que perdí el sentido y
cuando me desperté, ví que uno de los torturadores me estaba gritando: ¡ respira
!, mientras me apretaba el pecho con todas sus fuerzas. También recuerdo que
empecé a vomitar hasta que el suelo quedó totalmente mojado. Otro día me
aplicaron el mismo sistema y cuando recobré el conocimiento, después de 24
horas, me di cuenta de que la carne en toda la parte superior de mi nariz estaba
magullada del roce del trapo cuando intentaban dejarme sin. A este sistema la
llaman los marroquíes el “chifon”.
Otra de sus métodos (“el avión”), que
consiste en atar los pies y las manos detrás de la espalda para luego, cuando ya
te han colgado boca abajo, empezar a golpearte con porras y látigos, mientras
uno de los verdugos te aprieta la espalda con uno de sus
pies.
El dolor que sientes en los hombros es
tremendo y, a veces, crees que se te van a desprender del resto del cuerpo, pero
luego ese dolor se extiende por toda la espalda y ya lo que ocurre, como en mi
caso es que te desmayas.
Yo, cuando me desperté ese día, lo hice
porque sentí como que un mosquito me estaba picando, aunque luego me di cuenta
de que era un cigarro con el me estaban quemando la piel para que reaccionara o,
simplemente, para asegurarse de si estaba vivo o
muerto.
Les puedo hablar del hambre, de la
suciedad, de la privacións del sueño, de cómo nos obligaban a mantenernos en
posturas casi imposibles durante horas, pero nada se compara a la tortura de
tener la cabeza y el cuerpo invadido por los piojos.
Después de cuatro meses en esta
situación descubrí que en otra de las mazmorras habían encerrado a mi hermano y
a dos de mis primo, detenidos en El aaiún en la misma semana que
yo.
El 20 de noviembre de 1987 nos
trasladaron al cuartel del Grupo de Intervención Rápida de Agadir, en el que
permanecimos hasta el 23 de marzo de 1988, fecha en que fuimos trasladados a la
ciudad de Warzazat, en el sureste marroquí. En Warzazat nos entregaron a las
Fuerzas Auxiliares, que se ocupaban de las prisiones secretas de Magouna
(exclusiva para los saharauis) y de Tazmamart, que había sido reservaba hasta
entonces para los militares implicados en los golpes de estado fallidos de los
setenta.
Las Fuerzas Auxiliares nos llevaron
primero hacia Galaat Magouna y nos separaron en dos grupos, uno de 4 mujeres
otro de 14 hombres. Nos quitaron por primera vez el vendaje con el que nos
tapaban los ojos y pudimos contactar de manera clandestina con los otros presos
saharauis que estaban allí. Esto fue gracias a una especie de código Morse que
usábamos a través de las pared y que nos permitió que muchos de los saharauis
desaparecidos, algunos desde noviembre de 1975, aún estaban
vivos.
Dos dias después , nos llevaron a una
mazmorra que se encuentra a unos 45 k, entre Warzazat y Galaat Magouna; a la
prisión de Skoura , que es un antiguo palacio construido en 1930 por el famoso
Bacha Laglaoui .
Dos años después nos trasladaron hacia
Galaat Magouna y allí permanecimos hasta el 20 de junio de 1991, día en que a
algunos nos liberaron.
Lo que he hecho es un resumen de ese
tiempo, que no ha sido el único en el que he estado preso, aunque sí ha sido el
más duro y largo de todos.
En su última etapa como preso político
(en la cárcel de Okacha de Casablanca), usted compartió cautiverio con otros
líderes de la lucha saharaui como Aminetu Haidar, Ali Salem Tamek. o Hmad, Hmad.
En todos esos casos, la presión ejercida desde el exterior ha jugado un papel
fundamental en su liberación. ¿De qué forma ven ustedes, los activistas y
militantes saharauis de los territorios ocupados, que se puede extender y hacer
más efectiva la influencia de la solidaridad
internacional?
Tomo un pequeño espacio aquí para
aclarar algunos detalles sobre la Intifada Saharaui , ya que soy uno de las
cabezas visibles de este movimiento pacifista en todos los sentidos. Y añado que
a causa de mi nuevo encarcelamiento, que duro desde el 20 de julio de 2005 hasta
el 24 de marzo de 2006, más la privación del pasaporte desde el 19 de marzo de
2003 hasta julio de 2007, pocos son los que saben la realidad de lo que
sucedió.
Y es que nuestra ausencia, la de todos
los activistas saharauis encarcelados, ayudo mucho a Marruecos a destruir mucho
de lo que habíamos construido .
Antes del comienzo de la intifada, el
grupo del CODESA (Comité de defensa saharaui) estuvo un año aproximadamente
preparando su proyección mediática a través de contactos con las ONG , la prensa
, las asociaciones amigas del pueblo saharaui y, también, con los sitios web que
ayudaban a nuestra causa . La lista se alargo hasta mas de 700 contactos.
Sabíamos que Marruecos haría todo lo posible para hacernos callar, pero sucedió
que el pueblo se hartó de esperar una solución mediante el referéndum, y tomó
conciencia de que el tiempo jugaba en nuestra contra. También nosotros, los
activistas, nos dimos cuenta de que existía la voluntad de hacer estallar una
intifada entre la población saharaui de los territorios ocupados y de que la
razón que nos asistía iba a facilitar que pudiéramos defender a los que cayeran
en esas manifestaciones.
Marruecos por su parte sabia que los
únicos capaces de sacar al exterior esa intifada eran los militantes que
pertenecían a CODESA. Por eso nos metió nuevamente en la cárcel a todos
nosotros.
Sin embargo, y esto quedará para la
Historia, la prensa española y la argelina hicieron posible que los planes
marroquíes fracasaran. La batalla informativa que dieron los medios de uno y
otro país fue lo que inclinó la balanza de nuestro lado y obligó a Marruecos a
recurrir al gobierno español en busca de ayuda.
Al final , Marruecos tomo la decisión de
detener la cúpula del CODESA, a los que, como no nos podía acusar de ser
defensores de DDHH ante los tribunales, tuvo que presentarnos como terroristas y
presos de comunes.
Pero a esas alturas, los nombres de los
activistas eran ya muy conocidos para la opión publica internacional. Todo el
mundo sabía quiénes éramos Housein Lydri , Ali Salem Tamek , Mohamed Moutawakil
, Brahim Noumria , Aminatou Haidar y Larbi Mesaoud .
Cuando nos trasladaron a la prisión de
OUKACHA y nos separaron cada uno en una celda, lo primero que hicieron fue
privarnos del teléfono, porque temían que diéramos instrucciones para la
Intifada.
Nosotros ya teníamos planificado lo de
la huelga, incluso puedo decirles, antes de la cárcel. La huelga de hambre en si
para nosotros era un suicidio,, pero al mismo tiempo , era y es el único
instrumento que nos queda para no caernos en el olvido para la comunidad
internacional.
Dos semanas, desde la fecha de nuestra
detención , la calma tensa en los territorios ocupados, la campaña internacional
para la liberación de Aminatou Haydar y todos los presos políticos se paró
totalmente , ya que el coordinador entre todos los miembros del comité de
pilotaje de la campaña era yo .
Tras ocho días en OUKACHA, comenzó la
huelga de hambre ilimitada mas larga y seria de los militantes del pueblo
saharaui. Cuando llevábamos un mes todo el pueblo saharaui en los territorios
ocupados , en los campamentos de Tinduf , en el exilio y amigos del pueblo
saharaui en España también se pusieron en huelga durante 24 horas . Los
marroquíes no tuvieron mas remedio que y aceptar nuestras
exigencias.
Todo esto os lo digo para que se tome
consciencia de que en nuestro mundo hay muchos medios para luchar; y el de hoy
es el momento en que los territorios ocupados deben abrirse a la opinión publica
internacional; es el momento para que el mundo conozca lo que pasa dentro de
ellos.
Quiera Marruecos o no, todos debemos de
participar juntos para conseguir este objetivo. Si, por ejemplo todos los amigos
del pueblo saharaui toman rumbo hacia los territorios ocupados en cifras de
miles de personas, ¿crees que Marruecos seria capaz de enfrentarse a todo el
mundo para impedir la entrada a estos territorios?
Actualmente los saharauis en los
territorios ocupados se sienten abandonados, y esto es lo peor que puede suceder
porque podría cambiar el rumbo de la lucha pacífica. En estos momentos todo es
posible y la opinión pública internacional, los amigos de pueblo saharaui en el
mundo tienen que saber que, en gran medida y si se dejan someter por el silencio
impuesto por Marruecos, serían, seríamos todos, responsables de no haber tenido
la capacidad de evitar un drama terrible para este
pueblo.
Ver
también:Entrevista al activista y defensor de
DDHH, Brahim Noumria (I)